Por qué Declarar Desierta la Concesión del Aeropuerto

Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz, Barranquilla. Foto: Guillermo de Alba (Tomada de Internet)
La licitación para entregar en concesión el aeropuerto de Barranquilla debe ser declarada desierta. Si la ciudad más importante de la costa, por donde nació el progreso de este país, incluida la aviación comercial de América, quiere contar con un aeropuerto de envergadura, a la altura de aeródromos como el Aeropuerto Internacional de Tocumen en Panamá, por citar solo un ejemplo regional exitoso, debe repensar y re-planificar la manera como se estructuró el pliego licitatorio para hacerlo más atractivo a empresas con experiencia internacional en el manejo y operación de aeropuertos no solo desde el punto de vista de las obras civiles que se deben acometer, que en este caso no es lo más importante, sobre esto volveré más adelante, sino que por medio de la experiencia concreta en operación de terminales aéreas se logre el modernizar, posicionar, crecer, articular, explotar y generar la riqueza que la ciudad de Barranquilla demanda.

Todo parece indicar que el gobierno nacional, por medio de la Agencia Nacional de Infraestructura en cabeza de Luis Fernando Andrade, le quedo mal una vez más a la ciudad y por ende el resultado que estamos experimentando. La falta de una estructuración más atractiva es responsabilidad exclusiva de dicha agencia y de allí el efecto que de diez empresas precalificadas solo dos presentaran propuesta, es decir el 20% de la intención inicial. ¿Porque? Varias son las discusiones, pero sin duda ese pobre resultado solo se explica por la improvisación, la ausencia de estudios coherentes y la falta de procesos estandarizados muy presentes en el concierto nacional. En ese orden de ideas, las criticas de los precalificados que descartaron presentar propuestas no se hicieron esperar: algunos han expresado que la forma como se estructuró la operación del aeropuerto Cortissoz es inviable desde el punto de vista económico.

'La historia se conoce para que no se repita', pero en este caso, lo que está sucediendo va en dirección opuesta de esa expresión. Lo que está aconteciendo con la planeada concesión del aeropuerto internacional Ernesto Cortissoz de la cuidad de Barranquilla es repetitivo y escandaloso. Una vez más se improvisó y se estructuró un plan de forma errónea. Ese pobre desempeño demuestra sin duda que a la Agencia Nacional de Infraestructura le quedó grande este compromiso, que no solo dilató en el tiempo, con aquella errónea intención de querer empaquetar la concesión del aeropuerto con los aeropuertos de Neiva, Armenia y Popayán, como lo explicara en el artículo Aeropuerto a la Altura de Barranquilla, lo que llevó a que las fuerzas vivas de la ciudad iniciarán una cruzada en contra de tal iniciativa, sino que la terquedad de dicha agencia forzó a que hayan transcurrido más de treinta y cuatro meses, desde que al antiguo concesionario, también mal escogido por la Aerocivil, no le prorrogaran la concesión de la administración, luego de comprobar de forma tardía un incumplimiento sostenido. En un país serio el anterior hecho debería ser motivo de escándalo y provocar la salida del director de la agencia y los actores responsables. Confío que el presidente de la República, ante tan demostrado caso de ineficiencia, tome cartas en el asunto y concrete un cambio de rumbo en esta importante ala del gobierno nacional.

Los actores responsables, incluyendo las empresas que presentaron propuestas, sostienen que los seleccionados cuentan con la experiencia suficiente para acometer las obras civiles que se demandan, tal vez para justificar la evidente falta de experiencia en manejo, promoción y operación  de terminales aéreas. Pretenden engañar sosteniendo que lo importante son las obras civiles, para luego subcontratar a un operador. Absurdo! El tema es precisamente al contrario: un operador con experiencia debe tener la capacidad de efectuar la planificación estratégica que se demanda para una operación efectiva y por medio de esta subcontratar a las empresas que han de adelantar las obras civiles requeridas. Seria aun más escandaloso que esta concesión se la adjudicaran a Concesionaria Aeropuertos Colombia SPV, una de las dos firmas que presentaron propuesta, que cuenta entre sus socios con la participación de Valorcon S.A. empresa de la casa política de la familia Gerlein, con lo que tal vez se estaría realizando el pago de favores políticos. No olvidemos que fue uno de los grupos que defendió la reelección del presidente Santos.

El historial de Valorcon S.A. (empresa dedicada fundamentalmente a contratar con el estado) es amplio, como quiera que le han adjudicado, producto de su influencia, un importante número de contratos a lo largo de su historia. Y no es que estemos en desacuerdo conque empresas con tal influencia se ganen contratos. El resultado de su amplia experiencia debería ser prenda de garantía para la buena ejecución y desarrollo de obras, pero este no es el caso. A dicha empresa por ejemplo le adjudicaron recientemente la ampliación de la carrera  51B en Barranquilla. Para nadie es secreto que el desarrollo de tales trabajos fue un caos total, donde se evidenciaba improvisación, falta de planificación, falta de sistemas estandarizados, y sobre todo, ausencia de calidad. Solo dos meses después de "entregada" la obra a dicha empresa le han ordenado demoler mas de 120 losas de concreto que conforman el pavimento rígido por problemas de calidad. Sin duda, y con tantos años de experiencia, no cuentan con un sistema que integre una ejecución ordenada de los trabajos de forma planificada y estandarizada, y donde prevalezca un buen sistema de control de calidad.

Luego de casi veinte años, cuando se inicio en el país el proceso de entregar la administración de los aeropuertos a terceros, no se conoce una labor y una ejecución efectiva con el propósito de lograr un concesionario de envergadura por parte del gobierno central. Todos estos argumentos nos obligan a concluir que Barranquilla se encuentra lejos de un estadio ideal en el objetivo de alcanzar un buen operador que ayude a explotar de la mejor manera el aeropuerto de la ciudad, sin olvidar el desarrollo del entorno que aquello implica; pero sobre todo que ayude en el proceso de situarla en un escenario importante dentro del contexto internacional, precisamente por el potencial de la ciudad como capital de los TLCs, sus características,  situación estratégica y posición geográfica. Sin duda esta licitación no salió bien, y toca arrancar de ceros.

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