¿Se Debe Acabar Avianca?


Modelos Fallidos
Quienes estudian el comportamiento humano saben que los idealismos en gran medida resultan de la influencia u orientación en materia política y la educación; con lo cual, la capacidad de aceptar una forma diferente de pensar recae fundamentalmente en el nivel cultural y la estructura formativa.

Dentro de ese contexto, encuentra uno contradicciones, como los ideales de algunos que quisieran ver implementadas políticas de corte socialista, a mi juicio equivocadas porque parten de supuestos como el que les parece bien lo que sucede en Venezuela, desconociendo que lo que allí se vive en realidad es una penosa dictadura. Se pierde objetividad y credibilidad cuando se critica el régimen o modelo de derecha establecido en Colombia, haciéndese por otro lado de la vista gorda ante los disparates que suceden en aquel, a lo mejor porque es un modelo de izquierda, que es con el que se identifican.

Desde distintos escenarios, he expuesto mi postura respecto de lo que considero ‘modelos fallidos’; tal es el caso de lo que sucede en los dos países arriba citados. No obstante, es claro que hay una diferencia importante en las actuales políticas económicas que practican ambas naciones, aunque muy similares en temas como el de la corrupción.


Sociedad de Libre Mercados
Con todo y sus imperfecciones, el modelo de sociedad de libre mercados deja al descubierto alrededor del mundo más aciertos que fracasos, incluido el tema de las libertades. Con políticas de control más efectivas, en los países desarrollados de modelo capitalista el crecimiento económico es mucho más evidente que el de los países en vías de desarrollo, especialmente porque la distribución de riqueza se ve estancada en los segundos no por el modelo en si, sino por la altísima corrupción y una baja educación.

La crisis sanitaria actual, sin embargo, ha dejado al descubierto no solo la afección que ha producido un virus, sino la enfermedad y los problemas de fondo del modelo económico al rededor del mundo. Sin lugar a dudas, vivimos, como se ve expresado últimamente en las redes sociales, a merced de “la dictadura del capitalismo”; y yo agregaría: la avaricia y actividades criminales de Wall Street. Se habla hoy con mayor frecuencia de propuestas económicas pospandemia, aunque no parece claro qué soluciones inmediatas implementar, ni mucho menos líderes que estén dispuestos a asumir los retos. Lo que si no deja dudas es que patrocinar la destrucción de lo que hasta ahora se ha construido, como proponen algunos, resulta fácil decirlo, aunque en la práctica tal remedio sería a mi juicio peor que la misma enfermedad.

El orden económico es un asunto complejo, y no es mi propósito ahondar aquí sobre él. Pero me llama la atención que muchos discuten sobre el tema sin tener conocimientos básicos de finanzas. Por un lado, soy de los que creen, por ejemplo, que uno no debe trabajar por dinero, sino poner el dinero a trabajar para uno; pero para llegar allí se necesita adquirir conocimientos acerca de cómo funciona este y cómo funciona la economía. Por el otro, hay que saber planear estrategias tendientes a conseguir los mejores dividendos. Me parece por tanto que es mejor propiciar cambios sobre la base de lo bueno que tiene un sistema, antes que apostarle a uno nuevo de pronóstico incierto.


Posicionamiento Estratégico
Las discusiones sobre el tema de Avianca parten de sentimientos primarios que en poco contribuyen a la búsqueda de estrategias sobre lo que más conviene. Creer que es mejor que se acabe para que en su lugar se formen otras empresas es miope, por cuanto desconoce la realidad de cómo funciona el negocio de la aviación comercial en el mundo. En las condiciones actuales, perder el posicionamiento estratégico que tiene Avianca (en un mercado tan pequeño como el colombiano) seria una muy mala noticia para el país. La segmentación del mercado, con nuevos actores como proponen algunos, en un negocio tan competitivo, con márgenes tan pequeños y altísimos costos de operación, nos regresaría a las épocas donde la calidad del servicio era pésima.

Se critica que Avianca no le paga al país los impuestos que deberían (las grandes empresas se especializan en estudiar los códigos de impuestos y encontrar en los loopholes factores de beneficio), pero es un generador de riqueza por dónde se le mire. No es sino observar toda la cadena productiva, desde su planta de personal —mayoritariamente colombiana que pagan importantes impuestos—, hasta la cadena de valor inserta en los servicios externos que contrata. No se necesita ser un experto para saber que todo ese engranaje, lo que yo llamo generación de riqueza, se irriga en la economía.

Aclaro que no hago esta nota en defensa de Avianca, aún sabiendo que tengo familiares que trabajan allí y que la consideran incluso una gran empresa, sino para hacer notar que en las discusiones en torno a la ayuda que le han solicitado al gobierno no caben asuntos emocionales, sino los argumentos y consensos estratégicos. La posición dominante de los operadores de la aviación comercial tiene actores estratégicos en todo el mundo, y con el que le hacen frente a la competencia: Francia con Air France, Alemania con Lufthansa, Inglaterra con British Airways, Chile con Latam, Mexico con Aeromexico, y en EEUU, por el tamaño del mercado, varias, pero con American, Delta y United Airlines a la cabeza. Eso no quiere decir que los dueños de esas empresas necesariamente sean de los países donde tengan sus operaciones principales. Y en un escenario globalizado como en el que estamos, los inversionistas provienen de muchas partes del mundo, aunque eso tampoco hace a las empresas de dónde venga el inversionista.


Lo que Creo Debería Hacerse
Muy a pesar de los pasos en falso de uno de sus inversionistas (y obligada a realizar ajustes), Avianca es una empresa nacional con un enorme historial. Cotiza en bolsa, tanto en Colombia, como en New York, por tanto se considera una empresa pública. Es un activo de todos. Entiendo las prioridades que se deben tener en medio de las complicaciones de la coyuntura actual. Sin embargo, un gobierno responsable debería ser capaz de diseñar mecanismos para ayudarle a salir adelante, y sobre todo proteger a sus trabajadores. Lo cierto es que lo mejor sería propiciar ambientes que le apunten a estrategias de solución donde queden planteados todos los factores que contribuyan a superar las dificultades, sin descuidar lo que integralmente le convenga más a la nación.

¿Se Debe Acabar Avianca?

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